El vestíbulo, construido en madera maciza y decorado con ornamentos tibetanos, se llena del aroma suave del incienso y de los ecos de cantos sagrados. Cada pequeño detalle revela silenciosamente un anhelo nacido del alma.
El vestíbulo, construido en madera maciza y decorado con ornamentos tibetanos, se llena del aroma suave del incienso y de los ecos de cantos sagrados. Cada pequeño detalle revela silenciosamente un anhelo nacido del alma.
